En estos últimos años he sentido un aumento en la cantidad de odio que la gente tiene hacia los demás, es casi como si hubiéramos olvidado respetar a las personas con opiniones diferentes a las nuestras. La sociedad nos está obligando a seguir ciertos ideales y está discriminando a quienes no están de acuerdo con ellos. Estamos perdiendo lentamente la libertad de expresión, así que quiero usar este artículo para explicar de dónde creo que viene este odio y ayudarte a ver lo inútil que es menospreciar a las personas que piensan diferente.
Primero, te recomiendo que leas mi artículo anterior, donde comparto algunos argumentos para ayudar a los demás y explico cómo eso puede beneficiar al mundo. Ambos artículos no están muy relacionados, pero siguen el tema “humano”, lo cual siempre es bueno como recordatorio.
Para empezar, me gustaría compartir una palabra que leí en el Diccionario de las Penas Oscuras.
sonder
s. la comprensión de que cada transeúnte al azar está viviendo una vida tan vívida y compleja como la tuya, poblada con sus propias ambiciones, amigos, rutinas, preocupaciones y locura heredada—una historia épica que continúa invisiblemente a tu alrededor […]
Tal vez ya habías reconocido esto, o tal vez no, de cualquier manera, esta idea nos humilla. Necesitamos recordarnos a nosotros mismos que no somos especiales, al final, tú y yo somos solo uno de los muchos humanos que van a existir en la historia.
Cada uno de nosotros está viviendo una vida, pero no todos la están experimentando de la misma manera. Esta idea es cierta porque hay un número infinito de parámetros que podrían alterar cómo experimentamos el mundo. Ya conoces algunos de ellos como amigos, familia y ubicación, pero hay muchos más. Por ejemplo, trastornos mentales como la esquizofrenia, condiciones físicas como tu género, o incluso impedimentos como ser ciego. Estas “alteraciones” son el origen de diferentes perspectivas y opiniones, básicamente, son la raíz de nuestra singularidad como individuos.
Piensa en la realidad como una pieza común para todos, luego cada persona tiene una interpretación de ella que está muy sesgada por la “lente” a través de la cual la vemos. Debido a esto, incluso el mismo evento podría ser experimentado de manera diferente por dos personas. Veamos un ejemplo:
Imagina que tú y yo estamos frente a frente y hay un 6 dibujado entre nosotros. Te pregunto qué número hay entre nosotros, y tú respondes 9. Empezamos a discutir porque crees que el número es un 9, pero yo te digo que es un 6. ¿Ves lo que está pasando? Si omitimos la estupidez en el ejemplo, podemos ver cómo ambos tenemos razón, pero somos incapaces de reconocerlo. Estamos tan seguros de nuestra capacidad para identificar números que somos incapaces de ver el argumento estúpido en el que nos hemos metido. En otras palabras, nuestro ego no nos permite ver más allá de lo que experimentamos. Esto puede parecer extremo, pero te aseguro que sucede más a menudo de lo que piensas.
Hablemos del ego, para reducir el alcance de este artículo diremos que el ego es nuestra necesidad de sentirnos importantes o, en este caso, de sentir que nuestras opiniones son importantes. Déjame preguntarte algo. ¿Alguna vez has respondido negativamente al escuchar una idea que entraba en conflicto con tus creencias? Si lo hiciste, has experimentado cómo el ego nubló tu juicio para proteger tus creencias actuales (igual que en el ejemplo del 6-9). Aunque esta “protección” pueda parecer inútil, cumple su propósito. Explicado brevemente, necesitas encontrar un equilibrio entre el ego y la humildad:
- Necesitas ego para sentir que tus opiniones son importantes y dignas de ser compartidas. Demasiado ego da un valor excesivo a tus propias ideas y dificulta reconocer el valor en las de los demás.
- Necesitas humildad para manejar con gracia nuevas ideas y creencias diferentes. Demasiada humildad te haría ingenuo y dependiente de lo que piensan los demás, ya que no valoras suficientemente tus propias ideas.
Este equilibrio es difícil porque estamos naturalmente construidos para ver las cosas a nuestra manera y, por lo tanto, lleva tiempo abrir nuestras mentes y respetar diferentes formas de pensar. Controlar nuestro ego parece volverse más difícil cuando se trata de temas muy opinados como la política. La próxima vez que te encuentres en una discusión sobre uno de esos temas, trata de mantener tu mente abierta mientras compartes tus opiniones. Recuérdate el ejemplo del 6-9, no hay una sola verdad, así que ambas partes podrían tener razón. Este principio no solo se aplica a nuestro escenario numérico, se aplica en todas partes. Date cuenta de cómo los conceptos de “correcto e incorrecto” no son absolutos, son únicos para cada individuo. En otras palabras, dependiendo de lo que hayas experimentado, algunas cosas van a ser verdaderas para ti y otras no. Veamos otro ejemplo:
Imagina que mañana un alienígena se aparece a un amigo tuyo, y charlan por un rato. Más tarde ese día, tu amigo te cuenta lo que pasó. Lo más probable es que no le creas e intentes convencerlo de que los alienígenas no son reales. El asunto es que, después de ver y hablar con un alienígena, probablemente no haya nadie que pueda convencerlo de que no son reales. A partir de ese momento, tu amigo va a creer en los alienígenas y la mayoría de la gente puede pensar que está loco, pero en realidad, solo está exteriorizando lo que experimentó.
En lugar de juzgar a las personas de inmediato al escuchar sus opiniones, deberíamos tratar de entenderlas más profundamente. Necesitamos practicar más empatía. Digamos que la empatía es la conciencia de la lente a través de la cual la otra persona está viendo la realidad. En el ejemplo anterior, la empatía es entender que si tú fueras el que tuvo la experiencia con el alienígena, también defenderías que los alienígenas son reales. Esta empatía es la base para respetar a los demás y aceptar sus creencias, no necesariamente porque estés de acuerdo con ellas, sino porque entiendes que sus experiencias los llevaron a pensar de esa manera.
Hoy en día, creo que nuestra falta de empatía es lo que inicia guerras y conflictos alrededor del mundo. Realmente creo que si la gente notara cómo su ego está obstaculizando el intercambio de ideas con diferentes tipos de personas, el mundo sería un lugar mejor. Cada nueva idea que escuchas te está nutriendo como persona.
Antes de concluir este post, quiero dejar la filosofía y compartir algunos consejos prácticos:
- Las conversaciones o debates no son para convencer a la otra parte o probar que eres superior. Su objetivo es compartir ideas, y al estar demasiado involucrado en tener razón, no estás permitiendo que ocurra el intercambio.
- Deja de intentar vender tu estilo de vida a los demás. Solía caer mucho en esto, y todavía estoy luchando con ello. Básicamente recuérdate que las rutinas, productos o lo que sea que funcione para ti no necesariamente funciona para los demás. Simplemente haz la sugerencia y si es rechazada, tómalo con calma.
- Escucha más activamente, no pienses en tu respuesta ni hables por encima de la gente, solo escucha. ¿Cómo planeas entender a la otra persona si ni siquiera estás escuchando? Escuchar activamente te ayudará a entender a la otra persona, responder mejor y tener una conversación más fluida.
Gracias por leer. Para este artículo, me gustaría realmente recibir algunos comentarios y escuchar diferentes perspectivas. Realmente espero que esto ayude a las personas a respetar a los demás y dejar de discutir por nada.