El mundo está lleno de personas. Cada una de ellas es diferente y única. A pesar de nuestras diferencias, nos gusta estar cerca unos de otros. Eso nos convierte en “animales sociales”.
Me fascina analizar la forma en que nos relacionamos. Las relaciones sociales son un tema hermoso para explorar.
Personalmente, me imagino como un agricultor social. Para ser claro, no estoy cultivando “personas”, eso sería extraño. Cultivo “relaciones”.
Aunque pueda sonar raro, los valores de la jardinería son aplicables a las relaciones.
A lo largo de tu vida, conocerás a un montón de personas. Algunas “plantarán” una semilla en tu jardín, otras no. De esas semillas, solo unas pocas crecerán hasta convertirse en pequeños brotes. El resto perecerá sin que lo notemos. Así es como funciona la naturaleza; no tenemos mucho control sobre ello. Los brotes restantes florecerán en hermosas flores o árboles. El proceso de construir relaciones requiere paciencia y cuidado adecuado.
Comparadas con las plantas, las personas son especímenes mucho más complejos. Necesitan un trato especial. Algunos individuos demandan más atención mientras que otros necesitan espacio personal. Los buenos agricultores son capaces de identificar las necesidades de cada persona. Cuantas más personas conozcas, más fácil se vuelve esto.
El diseño de tu jardín depende completamente de ti. Algunos agricultores mantienen grandes jardines mientras que otros se sienten abrumados por ellos. Cada agricultor se siente atraído por diferentes plantas. Hay una gran variedad de ellas, cada una con su propia belleza.
La naturaleza se mueve a su propio ritmo, siguiendo las estaciones. Cada estación juega un papel crucial en el mantenimiento del jardín. Proporcionan un método estable para el crecimiento y el cambio. Los humanos también nos regimos por estaciones. Sin embargo, a veces no logramos ver el panorama general: el ciclo de la vida y las relaciones.
Los meses de verano reúnen a las personas al aire libre. Esos tiempos fomentan nuevas relaciones y actividades grupales. En contraste, los meses de invierno son desafiantes para los cultivos. Pasamos más tiempo en interiores practicando actividades más íntimas y personales. Dependiendo de las circunstancias, esto podría fortalecer los lazos o romperlos.
Gracias a este ciclo, el jardín crece con el tiempo hasta convertirse en una hermosa selva. Algunas partes del viaje son más fáciles que otras. Dejar ir y eliminar las malas hierbas nunca es una tarea fácil. Recuerda que todo es temporal. Después de cada invierno duro, viene un hermoso verano. Espera pacientemente a que las plantas crezcan y disfruta del jardín en cada paso.
Cuida a tus amigos. Mantén tu jardín limpio de malas hierbas. Abraza el cambio como lo hacen las plantas. Parece que hemos olvidado que todo lo que conocemos es parte de la naturaleza. Sigue el flujo natural de las cosas y veras como todo se vuelve más sencillo.
Gracias por tu tiempo.