Últimamente, mi vida ha estado llena de cambios. Quizás sea una consecuencia de ser joven. Cada día descubro cosas nuevas sobre mí mismo. Nuevas oportunidades, nuevas perspectivas, nuevos rasgos de personalidad.
Hoy me tomé el día libre. Los cambios se estaban volviendo abrumadores. Necesitaba meditar, alinear mis acciones con mis sueños. En medio de tal reflexión, una idea se hizo clara: “Soy un escritor”.
Escribir es algo que hago todos los días y lo disfruto bastante. En comparación con otros pasatiempos, no es algo que haga con un objetivo final. Disfruto el mero proceso de retratar ideas de una manera hermosa. Escribir es una actividad especial. Me ayuda a pensar, entender, descomprimir.
A pesar de escribir todos los días, no me consideraba un escritor. Me faltaba algo, ¿qué me haría sentir como un verdadero escritor?
En la búsqueda de respuestas, escribí durante horas. Preguntas simples evolucionaron en filosofía, y comencé a perder la cabeza. Como en la mayoría de las preguntas, la respuesta más simple suele ser la correcta.
Mi problema era que guardaba toda la escritura para mí mismo. Estaba siendo egoísta e ingenuo. Creo que el arte es un medio para expresar quién eres. Esta expresión mía pedía ser compartida libremente.
El mundo de hoy está lleno de ruido. Las publicaciones sin sentido y las noticias falsas se expanden ampliamente. Es horrible.
Personalmente, puede que no tenga el poder de cambiar el mundo. Mi única esperanza es que mis ensayos aporten reflexión y belleza a este mundo ruidoso.
Gracias por tu tiempo.